lunes, 4 de marzo de 2013

LA MODA EN EL MUNDO OCCIDENTAL Y EN COLOMBIA.

ANTECEDENTES
La evolución del vestido es uno de los aspectos más interesantes en la historia de la humanidad: tiene que ver con la idiosincrasia de los pueblos, con la sociología, con el arte, con la geografía, con el folclor y con la moral.

El vestido tuvo su origen en la necesidad de proteger el cuerpo de los rigores del clima y de las asperezas de la naturaleza; luego surgió la preocupación moral por cubrir la desnudez; de ahí en adelante comenzó a desarrollarse un constante proceso de evolución para cumplir una función estética y social, que llegó a convertirse en una actividad industrial y comercial que mueve grandes capitales.

El adorno del cuerpo es innato al ser humano. En los grupos primitivos se observa el gusto por el adorno corporal, aun en tribus totalmente desnudas: practicaban el tatuaje y la pintura con tintas vegetales, que a la vez les servía de protección contra las picaduras de los insectos y las quemaduras provocadas por el sol; usaban collares de semillas coloreadas y de huesos o colmillos de los animales que cazaban para sobrevivir y demostrar su valentía; se adornaban la cabeza con plumas y algunos se deformaban el cráneo desde la infancia.

En los grupos precolombinos de las culturas andinas se trabajó la orfebrería con admirable técnica y con diseños originales que hoy podemos admirar en el Museo del Oro en Bogotá. Las figuras son decorativas y simbolizan a los dioses, los caciques y la fauna conocida como aves, tigres, monos y particularmente las que tienen que ver con el agua como los peces y las ranas, pues veneraban las lagunas sagradas, en donde suponían que habitaban los dioses. Con esos elementos fundían diademas, coronas, pectorales, narigueras, pinzas para depilar, brazaletes y mil objetos más. Los principales orfebres en nuestro territorio fueron los Quimbayas de la región del Quindío y los Chibchas de Cundinamarca, Boyacá y Santander.

La moda evoluciona de la complejidad a la sencillez. El elemento tipificador del vestido en las distintas regiones va desapareciendo a medida que avanza el desarrollo de los pueblos, se agilizan las comunicaciones y se estrechan los vínculos con otras naciones. El traje folclórico de cada región va quedando relegado a los festivales pueblerinos, al teatro y a los museos.

La austeridad en el vestir es propia del nacimiento de toda civilización. A medida que el poderío se afianza y extiende, el vestido va evolucionando hasta llegar al traje fastuoso que precede a su decadencia y ocaso. Recordemos las ricas togas de los emperadores romanos y la elegancia de Petronio, considerado en la Corte de Nerón como el árbitro de la moda. ¿Y qué decir de los lujosos vestidos de María Antonieta de Francia?

La moda necesita un escenario en donde pueda ser presentada al público. La moda es ante todo exhibicionista  los elegantes quieren ser vistos y admirados.

El Ágora en Grecia y el Foro en Roma, fueron los lugares más frecuentados por los elegantes. La moda adquiere importancia en las ciudades capitales, que es en donde se concentran el poder y la riqueza. En Europa, durante la Edad Media y el Renacimiento, las Cortes fueron los escenarios de la moda. Los soberanos atraían la atención de la nobleza en todo el continente. Cuando las Cortes se reunían para celebraciones especiales como bodas o coronaciones, los trajes se presentaban en la forma más ostentosa posible. El diseño, la confección y los adornos se estudiaban con suficiente anticipación para que correspondieran a la magnificencia del evento.

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