viernes, 8 de febrero de 2013

LAS VIUDAS DE LOS PRIMOS: Entrega Quince

Agosto 25


Anoche en la tertulia, me encontré con Vicente. Ya nos habíamos puesto de acuerdo para asistir, porque la conferencia sobre la historia de Bogotá en el período republicano estaría a cargo de un gran amigo nuestro, Alonso Giraldo Ospina. Fue compañero de Vicente en la Facultad de Derecho, y yo lo conocí cuando trabajaba en la Editorial Jurídica y me asignaron la corrección de pruebas de su libro sobre propiedad intelectual.

Entonces era Magistrado del Tribunal Superior y aspiraba a la Corte Suprema de Justicia. Para su fortuna, fue nombrado otro aspirante que tenía más amigos y así lo favoreció el sistema de cooptación vigente por ese tiempo. Alonso se salvó del asalto del M-19 al Palacio de Justicia, y en su lugar murió quien había sido su rival.

Nuestra tertulia es sui generis: asistimos profesionales de distintas áreas, retirados o en ejercicio, estudiantes, poetas y, en general, personas que se interesan por la cultura. Se habla de literatura, de historia, de antropología, de arte, de música, de viajes y hasta de esoterismo.

La conferencia de Alonso fue muy amena y la ilustró con diapositivas que iban desde las acuarelas de Torres Méndez, las primeras fotografías de Jean Louis Gros a partir de 1842 y otras posteriores de diferentes archivos, hasta el 9 de abril de 1948, con impresionantes imágenes de multitudes enardecidas, edificios incendiados y tranvías destruidos. Algo más de un siglo de historia.

Así conocimos algunos aspectos de la Bogotá antigua y recordamos otros. Vimos los tranvías de mulas, lo eléctricos abiertos, las nemesias y las lorencitas; diversas épocas de la Plaza de Bolívar  la Estación de la Sabana, bellísimo edificio republicano; el Parque del Centenario que desapareció para dar paso al viaducto de la 26, con la estatua de la Rebeca y el templete de Bolívar, que hoy está en el Parque de los Periodistas; la Calle Real, el Hotel Granada, el Pasaje Hernández y otros sitios que nos llenaron de añoranzas a los mayores y que los jóvenes admiraron sorprendidos.

En el intermedio nos brindaron capuchino, agua aromática o carajillo. Vicente y yo nos acercamos a Alonso para felicitarlo, esperando turno entre otros contertulios. Mariana también lo felicitó y se quedó conversando con él, hasta cuando llegó el momento de las intervenciones de los asistentes, con preguntas y comentarios.

Mariana asiste regularmente a la tertulia. Ha dictado varias charlas sobre música folclórica y culturas indígenas  temas que domina por su trayectoria como docente en la Facultad de Antropología y sus investigaciones con Gabriel Artigas.

Vicente me dijo que mi relato le había parecido interesante y ameno, que el lenguaje coloquial le había dado la impresión de estar conversando conmigo y me animó para que lo terminara.

- Pero si ya lo dí por terminado.

- Sin embargo, uno se queda sin saber qué paró con Berta y el gringo; con Mariana y Gabriel Artigas; con Lilia y el coronel, con el Notario y los otros personajes.

- El final esta tácito y apenas se sugiere. Si Berta está ilusionada con vivir en su finca de Tabio, cultivando flores y curubas, debe ser porque renunció a su relación con Bill O' Leary. Lo de Lilia y el coronel no tenía futuro y era mejor dejarlo así, como el recuerdo de una velada romántica  Mariana seguirá chateando con Gabriel sobre sus temas favoritos y, seguramente, él responderá al tratamiento psiquiátrico y volverá a caminar. Clarisa seguirá fiel al recuerdo de Humberto y pintará lindos motivos infantiles para decorar el cuarto de su bisnieto. Mauricio y Yolanda serán unos jóvenes abuelitos muy felices y...

- Aun así está incompleto. Uno quiere compartir más tiempo con Lucía y sus amigas y acompañarlas en su día a día tan positivo, que es una lección de vida para todas las edades.

Las palabras de Vicente me animan a a seguir consignando nuestro día a día en estas páginas. No sé qué sucederá en nuestras vidas. Tal vez el final tácito del relato no se realice o tal vez sí, porque la vida real es más sorprendente que la fantasía. Al término de la reunión, Vicente le ofreció a Mariana llevarla también en su carro  porque sabe que ella no conduce de noche. Mariana le agradeció la gentileza pero la declinó, porque se iba con Alonso.

martes, 5 de febrero de 2013

LAS VIUDAS DE LOS PRIMOS: Entrega Catorce

Agosto 18


Hoy vino Vicente. La perspectiva de recibir su visita después de tan prolongada ausencia, me llevó al pasado, a la época en que nos conocimos. Me pareció estar atravesando el túnel del tiempo y, al final, me vi como en una cinta cinematográfica:

Estoy en la iglesia de la Veracruz. Son las seis de la tarde. El sacerdote imparte la bendición y da por terminada la Misa por la madre de mi secretaria. Tengo una hora disponible. Sesenta minutos para mí sola. Es un lujo inaudito precisamente ahora  cuando el tiempo no me alcanza para todo lo que debo hacer y, mucho menos, para todo lo que quisiera hacer. Una hora para repartirla en el trayecto de la Veracruz al Museo Nacional. Entre dos deberes. Dos deberes cuyo cumplimiento me depara satisfacciones porque tienen relación con las personas vinculadas a mi profesión y a mi trabajo, cuyo trato cordial y estimulante me ha abierto nuevos horizontes.

A las siete es la inauguración de la exposición de arte gótico y medieval, a la que he sido invitada por la Embajada de España. Disfrutaré esta hora caminando por la carrera séptima cuyas luces comienzan a encenderse, mirando vitrinas, observando a los transeúntes que invaden los andenes al terminar la jornada laboral y pensando en lo gratificante de esta nueva etapa de mi vida. Amo la vida porque ya tengo la madurez requerida para vivirla a plenitud. Soy dueña de mi tiempo. Nadie se enojará si me demoro. Me siento joven y ligera. Apresuro el paso porque me satisface comprobar que todavía es elástico y acompasado. Mi figura se refleja en las vidrieras y desaparece mi preocupación por que el sencillo traje sastre que me puse en la mañana para ir a la oficina, no sea el adecuado para asistir a un coctel tan importante. Creo que estoy bien. Un transeúnte me lo confirma con un piropo. Alcanzo a sospechar que se burla de mí, porque hace mucho tiempo que no me dirigen ninguno. Pero su mirada entre admirativa y seria me halaga. El hombre es distinguido y no presenta signos de senilidad. El corazón me bombea sangre caliente que rápidamente se distribuye por mi cuerpo, sonroja mis mejillas y acelera mi paso. Descubro que el hecho de tener hijos adolescentes, no significa que esté pisando los umbrales de la vejez.

Al pasar por la Plazuela de Las Nieves me doy cuenta de que solamente han transcurrido quince minutos, desde cuando salí de la Veracruz. No quiero ser de las primeras personas en llegar al coctel. Aún no estoy acostumbrada a llegar sola a un evento social. Quiero estar seguro de que encontraré a alguno de mis compañeros de trabajo, para no sentirme perdida en el conglomerado de artistas e intelectuales cuyo mundo comienzo a frecuentar. Decido entonces, tomar una taza de té en el Monte Blanco, para dejar pasar parte del tiempo. Luego me veo entrando al Museo Nacional y sobreponiéndome a mi natural timidez  gracias a un esfuerzo de la voluntad.

Al primer vistazo identifico a varias personalidades, entre las que se distingue Vicente por su elevada estatura. Viste un traje azul oscuro de corte impecable. En sus cabellos negros y ondulados, ya brillan algunos hilos de plata. Hoy luce el cabello blanco, lo que acentúa su natural distinción. Con un gesto amable me saluda y me invita a unirme al grupo. Me presenta dando importancia a mi trabajo en la Editorial, lo que suscita comentarios halagadores para mí, aunque no para el género femenino en particular porque denotan cierta sorpresa. Están presentes dos de mis antiguos profesores de la Facultad, quienes me recuerdan a pesar de que no habíamos vuelto a vernos desde la época universitaria. Comenzamos a recorrer la exposición, catalogo en mano- Todos hacen observaciones brillantes y yo le exijo a mi cerebro un esfuerzo más por este día, para que emita algún comentario inteligente. Me responde, aunque lo tuve inactivo tanto tiempo.

Los santos tallados en madera, en actitudes lánguidas e ingenuas, mutilados y perforados por el gorgojo de siete siglos me deprimen. La música gregoriana que interpreta un notable conjunto sinfónico me transporta a una inmensa catedral. El  ambiente solemne se va disipando a medida que ofrecen los cocteles y los pasabocas. Comienzo a sentir el cansancio de este día tan intenso; me despido de Vicente y de las personas que nos acompañan. Él, muy gentilmente, se ofrece a llevarme a mi casa y yo acepto agradecida.

Cuando el portero me anunció por el citófono la llegada de Vicente, regresé al presente. El saludo fue muy emotivo y nos abrazamos fuertemente. Sentí el roce de su mejilla bien rasurada y el aroma inconfundible de su colonia.

Nuestras conversaciones siempre surgen con espontaneidad y cualquier tema es bueno para iniciarlas. Mientras nos tomábamos un whisky, me preguntó por cada uno de mis hijos; los estima mucho porque los conoció cuando los mayores eran adolescentes y la menor, una niña. A Laurita le ha dedicado una atención especial, porque desde pequeña ha manifestado una gran facilidad para escribir y él la ha estimulado para que cultive ese don.

El regalo que me trajo es delicioso: un perfume francés que se llama "Soir de Paris". Después de que nos pusimos al día con noticias propias y de amigos comunes, le pedí que me leyera lo del "camino a Santiago".

La historia de Santiago de Compostela es fascinante, y Vicente la cuenta en su estilo fluido y ameno. Según la leyenda, Santiago fue uno de los mártires de la persecución romana, decapitado en el año 44. Su cuerpo fue rescatado por dos de sus discípulos y llevado en una nave guiada por un ángel a través del Mediterráneo, luego por el Atlántico hacia el norte, hasta encallar finalmente en las costas de Galicia.

El cuerpo se había conservado intacto, prodigiosamente. Los discípulos lo depositaron sobre una piedra, la cual se fundió formando un sarcófago que guardó los restos del santo. Sobre el lugar aparecieron unas luces extraordinarias, que los habitantes de la región llamaron "campus stellae" o campo de estrellas, que dio el nombre al santuario.

Los milagros atribuidos a Santiago de Compostela atrajeron a multitudes fervorosas en la Edad Media. Se abrió un camino rústico que pronto se llenó de posadas; se construyó la Catedral y a su alrededor se levantó la ciudad, a la cual llegaron filósofos y sabios monjes que fundaron la Universidad. Por ser de tan difícil acceso, es el histórico camino de los penitentes. Lo han conservado intacto. Por supuesto, los turistas se desplazan por modernas autopistas.

Frente al Pórtico de la Gloria hay varias estatuas. En el centro está la de Santiago y a su lado la del apóstol Mateo cuya cabeza, al decir de los estudiantes, tiene el poder de acrecentar la inteligencia. Por eso no es insólito ver en pleno siglo XXI a los universitarios compostelanos dándose coscorrones contra la cabeza de piedra, en vísperas de exámenes.

La crónica de Vicente es muy rica en hechos históricos y anécdotas curiosas. Habla también de la actualidad en la región gallega y de cómo se funden la tradición y la modernidad. Me regaló la copia y quiso leer algo mío. Pero le confesé que estoy sufriendo el síndrome de "la pagina en blanco".

- Estoy decepcionada porque los cuentos que he mandado a las editoriales me han sido devueltos y el que mandé a un importante concurso internacional, fue un fracaso. En realidad, el fracaso fue del concurso porque lo declararon desierto, a pesar de que se recibieron más de quinientos cuentos de todo el mundo hispano. No puedo creer que entre tantos, no hubiera por lo menos uno que tuviera algún valor literario. 'Qué harán con el dinero del premio?

- Es una buena pregunta. Pero no te desanimes por eso ni dejes de escribir. Tus novelas históricas son valiosas. Hay éxitos de librería que pasan de moda rápidamente, en cuanto otro título acapara las ventas de la semana o del mes.

- He comprado algunos libros de moda, con muy buena crítica. Pero los dejo a las pocas páginas. Me he vuelto muy mala lectora: me repugnan los temas sórdidos que tratan de drogadictos, prostitutas, terroristas y pandilleros. Me cansa el estilo nuevo que es una retahíla sin puntuación ni diálogos, en un lenguaje soez propio de los desadaptados sociales.

- La literatura refleja la época del escritor. Estamos viviendo en una época convulsionada, en la que priman la corrupción, el enriquecimiento fácil y la falta de valores morales. Pero no va a ser siempre así. Ya se ve venir una reacción positiva. Sigue escribiendo por el placer de escribir, sin pensar en editores ni en críticos. Sé auténtica.

- Lo he intentado. Tengo un borrador que es una especie de diario sobre las mujeres de mi generación. Pero lo dejé porque a quien le va a interesar algo sobre mujeres que ya somos abuelas?

- Yo creo que a muchas personas. Nuestra generación sufrió el cambio radical que se operó en el mundo, y por supuesto en la sociedad, a partir de la segunda guerra mundial: Hiroshima, Nagasaki, el comunismo, el muro de Berlín, la guerra fría y tantos otros fenómenos afectaron la economía de nuestros países latinoamericanos y las sociedades se desquiciaron, pero la mujer fue la más afectada porque siempre en la historia ella ha demostrado la mayor fortaleza, aunque paradójicamente se la considere el sexo débil. Se pasó de lo rural a lo urbano y de la agronomía a la industria. El cambio en sí mismo es positivo, pero se produjo aceleradamente en países que no estaban preparados, lo que abrió un abismo entre los muy ricos y los muy pobres, desatando la lucha de clases. Y entre ellos, una clase media muy meritoria que ha soportado los vaivenes a fuerza de estudio y trabajo. Esto es lo que ha hecho posible cierta estabilidad y ha evitado un desastre.

- ¿Qué me dices de la nueva estructura familiar? ¿Cómo se pueden manejar las relaciones entre ex esposos, nuevos cónyugues, hijastros y mediohermanos?

- Es complicado, aunque haya dado lugar a comedias en cine y televisión. En la posguerra aparecieron el destape español, la píldora, el amor libre y las drogas, como una reacción a la anterior represión. Los países han tratado de canalizar estos fenómenos sociales mediante una legislación moderna. Aquí se establecieron el matrimonio civil y el divorcio, la paternidad responsable, la planificación familiar, el libre desarrollo de la personalidad, la libertad de cultos, la dosis mínima de estupefacientes y en otros países, el aborto. Hay excelentes escritores que presentan un espejo para que la sociedad medite y otros que simplemente explotan los temas que más se venden al grueso público.

- Tal vez desempolve mi manuscrito y te lo muestre.

- Nada me complacerá más. Sigue adelante.

Siempre es muy estimulante conversar con Vicente. Su visita es una de las pocas ocasiones en que sirvo el té en las tazas de porcelana de Sèvres que heredé de mamá.