miércoles, 27 de febrero de 2013

LAS VIUDAS DE LOS PRIMOS: Agradecimiento a los lectores

Amables lectores:

Agradezco sus constantes visitas a mi blog porque me llenan de alegría y me entusiasman para seguir escribiendo.

Muchas de estas visitas provienen no solamente de Colombia, sino de otros países amigos como Alemania, Argentina, Bélgica, Bolivia, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, México, Reino Unido y Ucrania. 

Si alguien quiere dirigirme un comentario  una sugerencia o una crítica, puede hacerlo directamente en mi blog, o bien escribirme a mi correo Marialuzarrieta@gmail.com.

Recibiré con gratitud sus palabras, porque contribuirán a mejorar mi trabajo. 

Próximamente compartiré con ustedes un ensayo titulado "La moda en el mundo occidental y en Colombia". No es una crónica frívola sobre moda farandulera de canutillos y lentejuelas. Es un estudio histórico y sociológico.

Hasta pronto.

lunes, 25 de febrero de 2013

LAS VIUDAS DE LOS PRIMOS: Entrega Veinte

Diciembre 1°

Hoy fue el estreno de la casa campestre de Berta y la presentación de Bill O'Leary. Algunos ya conocíamos a Bill por sus viajes esporádicos a Bogotá; pero muy pocos sabíamos de su historia de amor, tan real como la vida misma, pero comparable a una novela rosa. El tiempo implacable ha sido benévolo con Bill. Sigue siendo muy parecido a Clint Eastwood y ahora se asemeja más al actor, tal como aparece en "Los puentes de Madison", esa película tan romántica que protagonizó con Merryl Streep.

Anunciaron su compromiso y fueron felicitados efusivamente. Pero lo que nadie podía imaginarse, era que íbamos a brindar por un doble compromiso. Juan Tibaquirá llegó en su automóvil modelo 2002, en el cual se desplaza a Bogotá y a donde quiera que no pueda ir en bicicleta. Llegó muy elegante y estaba casi irreconocible: vestía pantalón de pana, chaqueta de gamuza y camisa de cuello abierto; llevaba el cabello recogido atrás, en una "cola de caballo". No deja de ser un personaje exótico, pero atractivo. Juanita salió a su encuentro. Estaba linda y juvenil. No vestía los acostumbrados bluyines, sino un traje sencillo confeccionado en tela artesanal y bordado a mano por las campesinas de una vereda de Chía.

A propósito, María Eugenia Holguín de Casabianca trabaja con ese grupo de mujeres: las organizó en una cooperativa, financia sus materiales y promueve sus ventas, incluso en el exterior por intermedio de Artesanías de Colombia.

Volviendo a lo anterior, Juanita y Juan se saludaron alegremente y se acercaron al grupo tomados de las manos. Juanita lo presentó como su novio, lo cual no fue ninguna sorpresa para mí. La noticia fue recibida con beneplácito, porque Juan ha sabido granjearse la simpatía de la familia. Comprendimos a Juanita. Mis amigas y yo quedamos encantadas con la sonrisa de Juan, que siendo más con los ojos que los labios, deja ver una hilera de dientes perfectos.

En el jardín ya están floreciendo las plantas. Hay una bella variedad de flores multicolores: rosas, hortensias, margaritas, gladiolos, pensamientos y otras. Los prados están verdes, tupidos y bien podados, como campos de golf. Unos agrónomos de Tabio están cuidando muy bien los árboles añejos, que dan sombra y embellecen el paisaje como las acacias, los urapanes y los magnolios. Berta desistió del cultivo de curubas. En cuanto a las flores, prefiere verlas en los jardines y no bajo invernaderos de plástico.

Para la ocasión  se instalaron mesas con parasoles que los invitados fueron ocupando a medida que llegaban. Esta vez, los señores no tuvieron que encender las brasas ni asar las viandas. Berta encargó la paella a un afamado restaurante valenciano de la carretera. Nuestros amigos se integraron espontáneamente con nuestras familias, en un ambiente de grata camaradería. Vicente, Iván, Alonso y José Joaquín establecieron lazos de amistad con Bill, que perdurarán en el tiempo, estoy segura.

- ¿Recuerdan, muchachas- nos preguntó Mariana - que al comenzar el año, en el cumpleaños de Lilia, hablamos de la falta que nos hacía una compañia masculina para conversar, escuchar música o asistir a un espectaculo?

- ¡Claro que sí! - respondimos al tiempo - Hoy podemos decir que somos muy afortunadas.

Recorrimos la casa para admirar el excelente trabajo que ejecutaron Juanita y Juan, al conjugar tan acertadamente los adelantos de la arquitectura moderna, con el ambiente tradicional y hogareño de los chalets suizos. Luego, recorrimos los jardines por senderos enladrillados. Caminando por allí, Vicente me preguntó si había seguido escribiendo.

- Si, Vicente  He escrito algunas páginas más, porque siempre acepto tus sugerencias. Pero las historias no se pueden prolongar indefinidamente. La vida es un fluir continuo como las aguas de los ríos: a veces corren tranquilas y serenas; a veces se precipitan en cataratas o forman remolinos. Ahora, cuando nuestras vidas son tan placenteras, es el momento de marcar el punto final, no sin recordar a Jorge Manrique:


"Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir..."

FIN