miércoles, 21 de mayo de 2014

NACER Y MORIR


El principio y el fin de la vida, son independientes de la voluntad, excepto en el caso de los suicidas, los condenados a muerte y quienes optan por la eutanasia. 

Nuestra concepción fue ajena a nuestra voluntad. Así se inició nuestro ciclo vital: nueve meses de gestación, durante los cuales crecimos y nos fortalecimos para vivir en el mundo exterior. Toda madre sabe que el parto ocurrirá inexorablemente y que será doloroso, pero tendrá la alegría de recibir un hijo. El cual, habiendo cumplido su etapa de gestación, tiene el derecho de salir al mundo y asumir su vida espiritual y material. 

El curso de la vida, es una etapa, como la gestación: crecemos física, intelectual y espiritualmente durante un tiempo limitado que oscila entre los 70 y 80 años según las expectativas de vida reconocidas actualmente por los genetistas. Aunque en algunos casos puede sobrepasar infortunadamente los 100 años. Asumimos el deber de vivir de la mejor manera, según nuestras circunstancias familiares, sociales y religiosas.

Así nos preparamos para morir y entrar a la eternidad, que es un espacio inmaterial y espiritual que no podemos imaginar, porque nadie ha regresado para contarlo.

El espíritu libre ya de la materia, conocerá lo que en la tierra nunca pudo imaginar, por estar limitado por los cinco sentidos y un cerebro no desarrollado en su plena capacidad. 

En ese espacio inmaterial no caben conceptos físicos como las llamas del infierno o el rechinar de dientes que han utilizado algunos teóricos para amedrentar a los creyentes.

Yo creo en Dios y en la inmortalidad del alma. Dios es la inteligencia creadora y ordenadora del universo. La religión y la ciencia no son incompatibles: los filósofos, los matemáticos y los científicos investigan, descubren y aplican ya sea para bien o para mal las maravillas de la creación divina. La Biblia recurre a parábolas y metáforas para explicar al común de la gente los misterios de la creación. "Crió, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le crió; criólos varón y hembra. Y echóles Dios su bendición y dijo: Creced y multiplicaos, y henchid la tierra y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra". (Génesis, CAPITULO I, versículos 26, 27 y 28).

La teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin (1809 - 1882), explica la paulatina transformación de las células desde la división celular hasta el Homo Sapiens. La evolución no fue producto espontaneo de la materia, sino dirigida por una inteligencia superior, que no tiene principio ni fin, que gobierna el universo con precision matemática y a los seres humanos en todo su ciclo vital: Dios.

La muerte es algo que hemos estado esperando, sin apremio, pensando que tardará mucho tiempo en llegar. y que tardará si no se interrumpe abruptamente por un accidente, el homicidio o una enfermedad catastrófica a cualquier edad. La muerte puede ser una experiencia maravillosa, irrepetible y en absoluta soledad aunque estemos rodeados por familiares y médicos. 

Tal vez, ni nos demos cuenta: podemos estar vivos y conscientes, y en el segundo siguiente estar muertos. Sera lo que se demore el cuerpo en exhalar el último aliento. 

Considero un privilegio haber llegado a los ochenta y cuatro años, con la conciencia del deber cumplido, disfrutando el amor de una bella familia que es mi orgullo por su integridad moral y su aporte a la sociedad en el ejercicio de sus respectivas profesiones. Mis nietos siguen los pasos de sus padres, consagrados al estudio, iniciando sus carreras y la formación de sus hogares, en los cuales mis bisnietos crecerán siguiendo su ejemplo. Mi primer bisnieto ya ha cumplido un año y es el encanto de toda la familia por su gracia, su viveza y la inteligencia de la que ya da muestras para nuestro regocijo. En lo personal, también dejo alguna huella, mediante mis libros y este blog.

Doy gracias a Dios por el privilegio de haber vivido plenamente y le digo: "Señor, estoy lista".

martes, 11 de marzo de 2014

CONTINUACIÓN ¿LA UNIÓN DE LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS ES ACASO UNA UTOPÍA?

La imposición de la "civilización" en América Latina, realizada por la fuerza sobre los indígenas, continuada sobre los esclavos negros y la población mestiza durante los tres siglos de la Colonia, quedó registrada en las crónicas como un periodo de paz monacal. Si se llegó a mencionar el exterminio de los grupos que no se sometieron pacíficamente, se justificó el hecho como una acción de la guerra santa contra los infieles. La corona conquistó de grado o por fuerza el oro, la plata y los productos de la tierra, y la iglesia obtuvo varios millones de nuevos adeptos.

El descontento que se había ido fermentando durante esos siglos estalló al fin y tuvo lugar la Independencia, casi simultáneamente en todos los países.

Cada nación de América Latina quedó determinada al azar por una línea imaginaria que dividió pueblos de idéntico ancestro e idénticas costumbres. A la vez quedó compuesta por gran variedad de grupos sociales disimiles entre sí por factores étnicos, sistemas económicos, folclor, etc. Se estableció la formula de nación a la que alude William Burroughs: "Se pinta una línea alrededor de un territorio y se dice que es una nación. A continuación hay que tener policía, control aduanero, ejército y, finalmente, problemas con las gentes del otro lado de la línea".

Cada nación así delimitada se propuso mantener "la integridad del carácter nacional", sobre la base de la unidad de lengua y religión.

Los gobernantes y los jefes de la oposición arrastraron a sus seguidores a las más nefastas matanzas, tocando la fibra sensible de su emoción patriótica, con consignas y mensajes que no correspondían a una filosofía conscientemente aceptada por el pueblo, pero sí a la más conveniente para mantenerlo sujeto. 

La Iglesia Católica con el inmenso ascendiente que ha tenido siempre en Latinoamérica como única religión reconocida por los gobiernos, prestó su apoyo a los mandatarios de derecha y sometió al pueblo mansamente con la intimidación o la promesa, en su calidad de concesionaria exclusiva de la vida o la condenación eternas, sin necesidad de profundizar en los conceptos morales.

El pueblo permaneció indefinidamente en la incapacidad de formarse su propia conciencia moral y cívica, por su misma ignorancia y por la incomunicación a que estaba sometido. Aun hoy, cuando los medios de comunicación penetran en la masa, el individuo se encuentra todavía incapaz de adquirir el sentido crítico necesario para realizarse como ser humano, porque los manipuladores de los medio de comunicación se encargan de alienarlo.

En Colombia, tras el holocausto del Palacio de Justicia en Bogotá (1985), en 1991, se proclamó la nueva Constitución Política, que reemplazó a la conservadora de 1886.

Se declaró la Nación como Estado Laico y se proclamó la libertad de cultos. A partir de entonces, han surgido numerosas sectas cristianas que engrosan sus filas con los desertores de la Iglesia Católica.

Dada la similitud de los procesos históricos en los países latinoamericanos, este fenómeno es común en el continente. Las nuevas iglesias cristianas no están exentas de la influencia política que ejercen los caudillos de turno. Se convocan grandes multitudes, en las cuales el Pastor bendice al candidato a la Presidencia en un acto publicitario transmitido por televisión. Los nuevos cristianos constituyen un caudal incalculable de votos, que los caudillos no desconocen. En las listas para el senado fueron incluidos los nombres de varios pastores, cuyos seguidores los apoyaron con la esperanza de verlos en el senado.

La necesidad de una acción colectiva para establecer un nuevo orden económico internacional, se puso de manifiesto a partir de la Segunda Guerra Mundial. De ella surgió la Organización de las Naciones Unidas.

El principio fundamental del nuevo orden económico internacional se basa en la equidad. Los automatismos del mercado no bastarán para asegurar la equidad en el intercambio y por lo tanto, en el plano internacional incumbe a la comunidad de países ejercer el control.

En el transcurso de las últimas décadas ha habido varios intentos para asegurar la equidad en el intercambio económico continental. Sin embargo, los dos conceptos universales que mueven el mundo, el capitalismo y el socialismo, desde el punto de vista económico, así como la democracia y la dictadura desde el punto de vista político, han dividido al continente en dos bloques irreconciliables. Conceptos que no solo separan a los países, sino que dentro de un mismo país dividen a sus habitantes, como desgraciadamente está ocurriendo hoy en Venezuela.

A comienzos del siglo XXI en el 2004, Suramérica comienza a seguir los pasos de la Unión Europea. El secretario General de la Comunidad Andina de Naciones explicó la gran diferencia con la Comunidad Europea, cuya capital está en Bruselas. La gran diferencia es que Europa adoptó la unidad de moneda, el Euro, y América Latina sigue dependiendo del dolar. 

El sueño de Bolívar seguirá siendo una utopía, después de doscientos años de vida independiente de los países latinoamericanos, a pesar del Acta de la Declaración de Cuzco: "Los Presidentes de los países de América del Sur reunidos en la ciudad del Cusco en ocasión de la celebración de las gestas libertarias de Junín y Ayacucho y de la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá, siguiendo el ejemplo de El Libertador Simón Bolívar, del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, del Libertador José de San Martín, de nuestros pueblos y héroes independentistas que construyeron, sin fronteras, la gran Patria Americana e interpretando las aspiraciones y anhelos de sus pueblos a favor de la integración, la unidad y la construcción de un futuro común, hemos decidido conformar la Comunidad Sudamericana de Naciones".

Los muchos intentos de unión latinoamericana, se han frustrado por la intervención de los Estados Unidos de Norte América, porque incomoda a la doctrina Monroe. "La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», establecía que cualquier intervención de los estados europeos en América, incluida América Latina, sería visto como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos".




jueves, 6 de marzo de 2014

¿LA UNIÓN DE LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS ES ACASO UNA UTOPÍA?

Sería importante ante todo hacer una revisión de las historias nacionales, para encontrar las causas comunes de la actual problemática, que no puede atribuirse íntegramente a la juventud de los países, porque en esta era del apogeo de las comunicaciones se ha acelerado el proceso de madurez, tanto en los seres humanos como en las sociedades. Hoy los discípulos superan a los maestros, y sin embargo estos países que comenzaron su desarrollo bajo la tutela de los europeos no han logrado ni lograrán en mucho tiempo alcanzar su nivel industrial, técnico, científico o cultural. El fenómeno del boom literario esta sujeto a revisión. Las obras literarias que constituyeron éxitos de librería, podrían no tener el valor intrínseco de las obras de Dostoievski, Victor Hugo o Shakespeare, aunque han conducido a Garcia Marquez y Vargas Llosa a obtener respectivamente el premio Nobel de literatura.

Hecha la revisión de las historias nacionales por un equipo competente de investigadores coordinados por las respectivas Academias de Historia Nacionales, estas presentarían su informe con conclusiones y recomendaciones a un Congreso Latinoamericano de profesionales de las disciplinas humanísticas (antropólogos, sociólogos, legisladores, historiadores y filósofos en general). Economistas, planificadores y futurólogos, quienes elaborarían el proyecto de acuerdo para la realización práctica de la unidad latinoamericana, proyecto que sería convertido en Ley para cada una de las naciones. Estas, organizadas como Unión de Estados Federales de América Latina, tendrían un Centro de Coordinación con sede elegida de común acuerdo y formarían un bloque de opinión en la Organización de Naciones Unidas y demás entidades de carácter internacional. Se prestarían apoyo mutuamente para que en cada una de ellas rigiera un gobierno democrático, libremente nombrado por los electores de la subregión, y participante en el gobierno continental. Este propendería por el desarrollo integral del continente, adoptando los sistemas y medidas adecuadas a la población latinoamericana, de acuerdo a sus realidades antropológicas, sociales e históricas, con una filosofía propia, libre del intervencionismo foráneo de cualquier procedencia.

El estudio de la historia patria según la metodología tradicional se limitaba a exponer los antecedentes de la independencia a través de los tres siglos de la Colonia: los hechos heroicos de la gesta emancipadora y los sucesos relevantes de la vida independiente. Su objetivo consistía en convertir a los ciudadanos en patriotas con un alto sentido del honor y un espíritu de sacrificio dispuesto a cualquier prueba. Los protagonistas fueron los militares y políticos: sus herramientas, los fusiles y las leyes. La conciencia de los futuros patriotas se iba formando con base en la emotividad y no en la reflexión. Se creó el concepto de nación como una entelequia cuyos signos sensibles, el himno, el escudo, y la bandera, despertaban todas las gamas de la emoción patriótica. se impuso la mitología de los próceres, los gobernantes y los santos sin interpretar los hechos históricos desde el punto de vista de la sociología, sin estudiar la realidad étnica y antropológica del pueblo americano, la economía de cada grupo humano, sus costumbres, sus hábitos alimentarios, su organización familiar, sus creencias religiosas, etc.

Mientras a la historia tradicional le interesaba mantener la "integridad del carácter nacional", la nueva metodología parte del supuesto de las diferencias regionales e insiste en la elaboración de monografías para conseguir una síntesis coherente. 

Es la misma población mestiza que ha estado sometida a idéntico proceso evolutivo, y que ha sido afectada por la misma colonización y los mismos factores exógenos, que en cada región se han absorbido de acuerdo a sus circunstancias telúricas. Y es cada vez más evidente a nivel continental, que las líneas divisorias imaginarias se van borrando en la realidad por influjo del internacionalismo proletario del marxismo, doctrina que anuncia y propaga la narrativa hispanoamericana actual.

La conquista y la colonización de América fueron realizadas principalmente por las tres grandes naciones europeas que dominaban por entonces los mares y el comercio: Inglaterra, Portugal y España. Ellas marcaron su huella en los territorios conquistados y determinaron sus futuros destinos.

Las diferencias características entre los anglosajones y los íberos, así como los móviles que tuvieron para lanzarse a tan magna empresa, dieron por resultado la formación de dos mundos diferentes en el Nuevo Continente: los Estados Unidos de Norte América y los países latinoamericanos.

La conquista inglesa fue realizada por fanáticos que huían de las persecuciones religiosas. No buscaban la aventura ni la riqueza. Viajaron con sus familias y sus bienes en busca de un lugar donde vivir y establecer libremente una organización política, social y económica en armonía con sus creencias religiosas. Hallaron un vasto territorio habitado por seres extraños, inermes y semidesnudos. La matanza de los aborígenes se hizo sin tregua, para comenzar sobre el terreno libre la construcción de la nueva patria. Todos los colonos estaban en pie de igualdad: no había vencedores ni vencidos. Celebraron un pacto social y continuaron viviendo fieles a sus costumbres, sus métodos de trabajo y sus leyes ancestrales. Extendieron la colonización del Océano Atlántico al Pacífico aniquilando a su paso a los indígenas. Así fue el origen de los Estados Unidos de Norte América con su sistema político igualitario, su organización de empresa privada y su unidad racial.


La conquista española fue bien distinta. La península ibérica había quedado exhausta tras la reconquista. Esta había sido a la vez guerra de independencia y guerra religiosa. La expulsión de los moros de Granada, dio fin a la hegemonía musulmana en Europa dejando cesante una soldadesca de caracteres peculiares, entre castrense y frailuna. España continuaba sumida en el oscurantismo medieval, cuando el resto de los países continentales había entrado en el movimiento intelectual del Renacimiento, y pretendía consumir en las hogueras de la Inquisición toda nueva manifestación de cultura.

La suerte del reino corría pareja con la de la Iglesia Católica, que temía ver frustradas sus aspiraciones de dominación universal ante la Reforma Luterana. Con el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se había iniciado la unificación ibérica bajo el auspicio del Papado, pero la hegemonía política no podía sostenerse con las arcas vacías.

La expedición de Colón ofrecía alentadoras perspectivas, que no desconoció la Reina de Castilla. Puso todo su empeño en financiar la empresa cuidándose de mantener a la nobleza ajena a ella para evitar su fortalecimiento económico y preservar la supremacía real. Asimismo, aseguró la exclusividad de su explotación ante los Reyes de Inglaterra, Francia y Portugal firmando con Colón un contrato de derecho privado que llamaron Capitulaciones.

El afán por obtener riquezas materiales fue el móvil de la conquista española: los reyes buscaron el oro para mantener su hegemonía; los expedicionarios para conseguir prebendas y títulos, y los soldados para asegurar su fortuna. A los primeros contactos, el conquistador interpretó así la índole pacífica del indígena: "son todos desnudos y de ningún ingenio en las armas y muy cobardes, que mil no aguantarían a tres; y así son buenos para les mandar, y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo otro que fuera menester".

El conquistador español, a diferencia del inglés, no aniquiló al indígena: lo utilizó. Tras el despojo llegaron la servidumbre y el mestizaje. Así surgió el hombre de América Latina, con la soberbia autoritaria del peninsular y la sutil malicia del indígena, desarrollada en alto grado merced a un elemental mecanismo de defensa.



CONTINUARÁ





miércoles, 19 de febrero de 2014

Origen de la Lengua Española

Ante la necesidad de comunicarse con sus semejantes, el hombre primitivo emitió sonidos que imitaban los ruidos de la naturaleza. Así se formaron las palabras onomatopéyicas, que imitan el sonido de lo que representan: crujir (del germano krtsjan), tronar, soplar, tumbar, chirriar, etc.

Luego, vino la necesidad de representar gráficamente esos fonemas. La humanidad utilizó desde tiempos inmemoriales diversos signos dibujados en el interior de las cuevas que habitaba o grabados en piedras. Las tribus precolombinas nos dejaron importantes testimonios gráficos, de los cuales se conservan unas pocas muestras, en museos y parques arqueológicos.

En el antiguo Egipto, los jeroglíficos estaban destinados a evocar ideas, pero no a pronunciarse. Fueron los fenicios quienes contribuyeron definitivamente a la comunicación, con el invento del alfabeto.

El alfabeto fenicio proviene del antiguo alfabeto canaanita, sobre el cual se desarrolló con la ventaja de que cada signo representa un sonido o fonema, por lo cual ha podido ser adoptado por todos los idiomas de occidente.

Con el alfabeto, la humanidad entró en una nueva era porque fue posible la escritura y con ella, la transmisión del conocimiento.

La comunicación oral evoluciona espontáneamente al contacto con otros pueblos. El lenguaje, como ser vivo, se desarrolla constantemente. La escritura es menos dinámica y siempre va a la zaga de la expresión oral.

En España, Elio Antonio de Nebrija (Lebrija, 1441-1522), ilustre humanista, propuso en su Gramática de la lengua castellana (1517) "escrivir como pronunciamos y pronunciar como escrivimos".

Esta recomendación no fue posible en la práctica por la diversidad de pueblos que influyeron en la lengua de Castilla, ya extendida a medio mundo por el descubrimiento y colonización de América.

El rey Felipe V consideró necesario poner un límite a la rápida y desordenada evolución de la lengua española, que presagiaba su división en innumerables dialectos. Así ordenó la creación de la Real Academia de la Lengua Española (1713) cuyo lema es: "limpia, fija y da esplendor".

Posteriormente, se crearon academias correspondientes en todos los países hispanohablantes. La Academia Colombiana de la Lengua se estableció en Bogotá, el 10 de mayo de 1871.

Las reglas ortográficas nos ayudan a resolver algunas dudas, pero no nos explican las razones por las cuales se prefiere el uso de ciertas consonantes en determinadas palabras, o por qué es necesario marcar las tildes en sílabas precisas.

En la época actual, cuando se ha descuidado el estudio de las humanidades, especialmente el estudio del latín, los gramáticos dictan las reglas después de analizar una lista más o menos extensa de palabras que contengan algún elemento en común, como el prefijo o la terminación, y ordenan que se escriban con determinada consonante. Si encuentran en el diccionario algunas otras palabras que contengan esos mismos elementos, pero escritos con distinta consonante, las declaran excepciones.

Consideran que no vale la pena remontarse a la lengua madre y estudiar la etimología de las palabras, en la cual se encuentra la respuesta a cualquier duda, porque piensan que es más práctico dedicar el tiempo a la ciencia y a la tecnología. Por lo tanto, el estudio de la lengua queda relegado a un segundo lugar y se limita al aprendizaje de unas cuentas reglas que se deben memorizar, aun cuando no se entiendan.

El español nace del latín. En el transcurso de los siglos se han incorporado a su léxico palabras de otras lenguas como el árabe, el griego, las lenguas germánicas, las americanas, el francés, el ingles, el italiano y, en fin, las lenguas de todos aquellos pueblos con los cuales tuvieron contacto los hispanos, en algún momento histórico.

El latín evolucionó constantemente y dio origen a las lenguas romances como el italiano, el portugués, el francés, el rumano y el español.

La evolución del latín al español, pasando por el castellano medieval, sigue un curso natural que busca las formas mas simples y sencillas, tanto en la articulación como en la ortografía.

Los sonidos fuertes se van suavizando con el uso y, algunas veces, terminan por desaparecer. Como el lenguaje es algo vivo, de uso cotidiano, evoluciona constantemente. Las palabras más usadas por el pueblo se modifican con mayor rapidez. En cambio, las palabras de uso culto conservan su grafía original durante más tiempo.

Los fonemas cuya articulación está más conforme con la anatomía y el funcionamiento de los órganos vocales, acaban por imponerse en el lenguaje. De tal manera, que cuando una consonante presenta dificultades para su pronunciación, sencillamente desaparece. Así tenemos formas antiguas como obscuro, psicología e inscripto que hoy se pronuncian y se escriben oscuro, sicología e inscrito.

Tenemos un claro ejemplo en la palabra latina fructus, que al pasar al español popular perdió el sonido gutural representado por la letra "c" y quedó simplemente fruto. Pero la c latina se conserva en fructífero e infructuoso, palabras empleadas por personas de cierto nivel cultural.

Los términos extranjeros que constantemente se incorporan al español, se someten a las mismas normas de la evolución. En principio, se consideran poco recomendables por ser neologismos. Pero terminan por imponerse, gracias a los medios masivos de comunicación. Generalmente, corresponden a objetos nuevos o a descubrimientos científicos que no tienen correspondencia en el español tradicional. Entonces, la Real Academia de la Lengua Española los incorpora al diccionario, dándoles la grafía correspondiente. Por ejemplo fútbol, folclor, estrés,, esnobismo, bisoñé, carné, corsé, etc.

Colombia es uno de los países americanos en donde mejor se usa el español. Este hecho ha sido reconocido a nivel internacional, con justa razón. En nuestra patria han nacido y trabajado filólogos tan importantes como Miguel Antonio caro, Rufino José Cuervo, el Padre Féliz Restrepo, José Manuel Rivas Sacconi, Luis Flórez, Rafael Torres Quintero y otros.

Lamentablemente la televisión extranjera, así como otros medios de comunicación están influyendo negativamente en el uso del español, por parte de periodistas, locutores y actores, quienes difunden los errores que adquieren.

La Academia Colombiana de la Lengua y el Instituto Caro y Cuervo realizan una tarea constante de vigilancia, depuración y enseñanza de la lengua española. Estas entidades están en permanente comunicación con la Real Academia de la Lengua Española y con las Academias correspondientes de los países hispanohablantes.

viernes, 24 de enero de 2014

ENSAYOS


LA COMUNICACIÓN SOCIAL

El concepto moderno de masa, lo introduce el filósofo español José Ortega y Gasset en su libro La rebelión de las masas. Según él, la muchedumbre irrumpe como fenómeno social después de la Primera Guerra Mundial. Los individuos que integran la muchedumbre preexistían repartidos en pequeños grupos sociales en las aldeas, en los pueblos o en los barrios de las ciudades. De pronto, aparecen como aglomeración o masa, y se instalan en los sitios preferentes de la sociedad. Lo que antes no había constituido problema, comienza a serlo: hallar sitio. Sitio para vivir, cupo en el transporte colectivo, en los establecimientos de servicios públicos, en los espectáculos, en el mercado del trabajo. Surgen las grandes ciudades, invadidas por la masa. Esta, desde luego, está constituida por hombres, aunque sin individualidad. El hombre masa no representa una categoría económica, según Ortega, sino una categoría de carácter cultural: "...es el hombre en cuanto no se diferencia de otros hombres, sino que se repite en sí mismo, en un tipo genérico". Es lo que llamamos el hombre de la calle, sometido a un proceso de estandarización. Se viste como todos los demás, confecciones producidas en serie; vive en edificios multifamiliares o en urbanizaciones de casas uniformadas; asiste al estadio y al cine; consume los productos que recomienda la publicidad. "Quien no sea como todo el mundo, quien no piense como todo el mundo, corre el riesgo de ser eliminado".

Sin embargo, la tesis de Ortega emitida antes de la gran crisis económica mundial (1929), no corresponde enteramente a la realidad social que se vive hoy, en la cual sí juega un papel predominante el aspecto económico.

El hombre-masa a quien se dirigen los medios de comunicación, es a la vez un producto de ellos. La prensa, la radio, el cine y la televisión han logrado unificar los gustos, las aspiraciones y el comportamiento social de las gentes. Imponen modas , crean necesidades y promueven mitos, realizando todo un proceso de alineación que contribuye a establecer la cultura de masas. 

La masa es el nuevo componente de la sociedad, que ha venido a sustituir las clases sociales tradicionales. Sin embargo, esta sustitución origina un nuevo antagonismo: individuo-sociedad.

Herbert Marcuse trata intensamente esta problemática, y analiza la contradicción que se plantea en la sociedad de masas cuando se pretenden simultáneamente la realización personal y la integración a la sociedad. "Tal armonía entre el individuo y la sociedad sería muy deseable si esta ofreciese a dicho individuo las condiciones para su desarrollo como ser humano, de acuerdo a las posibilidades disponibles de libertad, paz, y felicidad, pero resulta muy destructiva para el individuo sino prevalecen estas condiciones.

¿Qué papel desempeñan los medios de comunicación social en esta contradicción? Para algunos, los medios masivos de comunicación constituyen una industria cuyo consumidor es el  hombre-masa.  Para otros, el poder de los medios es básicamente ideológico. Los primeros, los utilizan para la publicidad; los segundos, para la propaganda.
Los conceptos de publicidad y propaganda se usan generalmente de manera indiscriminada, porque la diferencia entre ellos es bastante sutil. Los medios producen servicios que la sociedad consume, según sus apetencias de información, recreación o educación. Estos servicios se interrumpen frecuentemente para introducir los mensajes publicitarios, convirtiéndose así en intermediarios entre el productor industrial y el consumidor.

La propaganda es una actividad que pretende difundir ideas y valores. Sus objetivos son la orientación política, la educación, la cultura, etc. La publicidad tiene por objeto la promoción de un producto o servicio, con fines lucrativos. Aunque la publicidad pretende la orientación del consumo hacia ciertos productos de marcas determinadas, su influencia no se circunscribe a lo económico, sino que incide en los campos de la sicología y la sociología.

Hay mensajes publicitarios, como los que incitan a fumar una determinada marca de cigarrillos, que son altamente rentables para los medios de comunicación y para los fabricantes. Pero tienen injerencia en el campo de la propaganda y de manera inconveniente, porque producen efectos perjudiciales en el campo de la salud pública. Las legislaciones de algunos países los prohíben, y otras los restringen.

Son mensajes de propaganda los que, por ejemplo, invitan a votar por un candidato presidencial: pretenden un cambio social fundamentado en la promoción de un grupo político, reunido alrededor de un líder.

Existe un tercer tipo de mensaje que reúne las características de los dos anteriores: es el mensaje mixto. En él se hace propaganda a un sistema político, a un orden social o cultural, al desarrollo del deporte o a la preservación ecológica. El texto, la imagen, el sonido, corresponden a un mensaje propagandístico; pero se agrega el nombre o razón social de la empresa que paga el espacio, y esta se beneficia económicamente con la publicidad así involucrada.

En Colombia los medios masivos de comunicación, han tenido un origen y desarrollo muy semejante, en particular la prensa y la radio. Se iniciaron como actividades culturales, limitadas a un público muy restringido. Luego se convirtieron en instrumentos de carácter lucrativo en las que se observan los signos del capitalismo: el manejo de grandes capitales y el surgimiento de cadenas o entidades que se constituyen en poderosos monopolios.
En el siglo XXI se ha consolidado un fenómeno de masas que no hubieran podido imaginar Ortega y Gasset, Marcuse, ni ninguno de sus contemporáneos: el internet.
Este aglutina todos los medios de comunicación antes conocidos: la radio, la televisión, el cine y la prensa, haciéndolos llegar a todos los confines del mundo: el individuo que no navegue por internet, queda más inválido y excluido que los analfabetos, en épocas anteriores.

La rapidez de la información ya no permite el goce de la literatura epistolar, ya no se escriben cartas de amor, los e-mails son breves y contundentes. Ya no llegan las tarjetas de navidad que se guardaban con cariño, ni las postales de los viajeros. Ya no se necesitan las “cajas de recuerdos” ¿Qué sucederá con el avance de la tecnología? ¿Tal vez hablaremos de tú a tú con los marcianos y los selenitas? ¿O tal vez nos veremos agobiados por la rapidez y cantidad de información que nos llegue y no podamos asumir?